El mimo que no podía dejar de ser mimo estaba en apuros.
El chico de la tienda era incapaz de entender qué quería.
Gesticulaba y gesticulaba, pero nada. Al final, se dio por vencido y se volvió para irse.
El dependiente lo vio tan abatido que enseguida lo entendió: "Un momento, ¿querías un 7UP?".
El mimo se alegró tanto que se quedó sin palabras... bueno, ¡sin gestos! #FreshStories

Client: 7UP
Agència: Zoom Retail Lab

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